15 dic 2012

Mozzarella Mosh - 3 El Orden de los Factores sí altera el Producto

Todos están castigados. Aquiles viajará en bus. Johnny planea celebrar sus cinco meses con Rebeca. Centavo será dado de alta. Y en los conjuntos del Barrio Chito, sombrías cosas se planean. Sí, aunque no parezca, "Mozzarella Mosh!!!" continúa.


El tercer capítulo lo pueden encontrar aquí:

3 dic 2012

La risa de mi padre


El ruido y el polvo se mezclan con el sol, estrellando contra mis pupilas, obligándome a retirarme al fondo del taller, detrás de la gran mesa para cortar vidrios donde extiendo tres diferentes cuadernos de apuntes. Las páginas se llenan de a poco, como con desgano.

Al frente, el ruido de las construcción se hace imparable: picos, palas, martillos hidráulicos, camiones, excavadoras, aplanadoras (y demás “doras”) crean una sinfonía a la que he llegado a acostumbrarme, incluso a tomarle gusto.

Por la puerta veo pasar a pintorescos personajes, cuyas descripciones y hábitos no desperdiciaré en éste escrito; personas entran y salen del taller, mientras junto a la construcción, dos viejitos parados uno al lado del otro, contemplan con un deleite casi infantil las casi terminadas obras, tal vez anhelando volver a jugar cocos en el parque, o ver los juegos de vóley.

Yo por mi parte, tengo dos libros que terminar de leer, y dos guiones y un libro a medio empezar. Pero mi mente se pierde, sale de mí y sigue a las dos moscas que vuelan inquietamente cerca del techo, para luego salir y mecerse al ritmo de la sinfonía mecanizada y entremezclándose con los pasos de las diferentes personas que entran y salen de éste lugar, al que he sido traído por extrañas disputas familiares.

En el umbral de la puerta se llega a escuchar una conversación entrecortada donde no distingo donde empieza la política y terminan los deportes, para luego llegar a la música, de repente alguien dice un chiste que no logro terminar de entender y la risa de mi padre se eleva, nulificando todo sonido, haciendo vibrar el taller y trayendo mi mente de vuelta, junto a una sonrisa que queda estampada en mi rostro.

La risa de mi padre, mitad lucha, mitad sacrificio, que me mueve a seguir creando, a existir una, dos, tres, mil veces, adentro de éstas páginas.